





El mascarón representa a la diosa romana Minerva portando a sus pies el escudo de España. Recordemos que el primer nombre de este buque fue el de Minerva pues iba a ser el sustituto de otro velero de igual nombre comprado en el extramjero pero que no llegó a utilizarse por no reunir las condiciones necesarias. En una visita a Cádiz del entonces presidente del gobierno de Alfonso XIII Primo de Rivera, le propueso el director de los astilleros que se cambiase el nombre del buque por otro más relacionado con la gloriosa historia naval española, cosa que así fue pero conservando la representación del mascarón en su primitiva concepción. Es la segunda copia que se realiza del original de 1927, cuando se botó en las gradas del astillero gaditano Echevarría y Larrinaga, predecesor de las actuales instalaciones de Navantia. Está tallado en cedro americano y tiene de vida esta copia cerca de 25 años y una travesía de más de medio millón de millas náuticas, o sea, el equivalente a 23 vueltas al mundo.
La restauración, según el imaginero, ha debido hacer frente a los diversos deterioros ocasionados por los embates del mar y las condiciones climatológicas así como armonizar las diferentes reparaciones que se les fueron haciendo. Daños que le hicieron pensar en la imposibilidad de recuperarlo.
En las imágenes de la web de la Armada y de la agencia Efe diversos momentos de la recolocación, y con el autor de la restauración.
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