lunes, 24 de noviembre de 2008

calle de la Aduana I


CALLE DE LA ADUANA (hoy Tomás de Ybarra) I


Rotulación actual de la calle

En el lado Sur (en la foto, su acceso desde la Avenida) la calle forma una plazoleta ante la Delegación de Hacienda que es el lugar donde se levantó el siglo XVI el gran edificio de la Aduana. La plazoleta resultó al suprimirse las casas adheridas al lienzo de muralla que lindaba con las naves de las Atarazanas que iban a ser destinadas a la Aduana.

Entrada a la calle desde su lado Sur

Entrada a la calle desde el Postigo. En la esquina de la izquierda, en tiempos se abriría el callejón de la aduanilla, por encontrarse allí la primitiva sede de la Aduana, anterior a la que nos vamos a referir.

Hacia la mediación de la calle, mirando hacia el Sur, con la Casa de la Moneda al fondo.

Dos planos de las Atarazanas donde se aprecia su solar dividido entre la Maestranza, Hospital de la Caridad y la Aduana. Por encima de ella se ve correr la calle de la Aduana y sobre ésta, a la derecha, el callejón de la aduanilla.
Esquina donde se encontraba el Postigo del Carbón

Comenzamos nuestro paseo por la Sevilla marítima reflejada en el nomenclator.
Como vamos a seguir el orden alfabético empezamos por la calle de la Aduana. O mejor dicho, antigua calle de la Aduana, desde 1868 denominada Tomás de Ybarra. Para entendernos, es la situada a la espalda de Correos, con entrada desde la Avenida a la calle por su extremo final o Sur, donde se sitúa la Casa de la Moneda y la plazoleta con el edificio actual de Hacienda, que es el que ocupa el solar de la antigua Aduana. Por el Norte se accede desde la calle Almirantazgo (Postigo del Aceite).

Esta zona de Archivo Indias-Casa de la Moneda-Aduana era terreno perteneciente al Alcázar y según cuenta Ana Marín Hidalgo en su libro sobre el “Alcázar en época de los Austrias” fue deseo del propio Felipe II alzar a expensas de dichos terrenos las más grandiosas empresas arquitectónicas de Sevilla del último cuarto del siglo XVI: La Lonja, La Casa de la Moneda y la Aduana, sede de los organismos regidores de la vida económica sevillana, lo cual correspondió llevar a la práctica a las autoridades del Alcázar. El aumento del tráfico comercial y sus implicaciones aduanero-fiscales, debido a la Carrera de Indias hacía preciso levantar estos tres edificios.

En lo que respecta a la Aduana, hasta esa fecha funcionaba y se había quedado insuficiente un edificio cercano que se había quedado pequeño en el callejón de la aduanilla. En 1584 el Rey envía a las autoridades del Alcázar la correspondiente cédula comunicando haber hecho cargo a Sevilla de las rentas de los Almojarifazgos Mayor y de Indias y para ello se requería un lugar “muy ancho e capaz… para que pueda poner y tener las dhas aduanas”, aconsejando su instalación en algunas de las naves de las Atarazanas, pagando por ellas la renta que fuera justa, y si estaban ya arrendadas se desocuparan para este efecto. Ana Mª Hidalgo detalla los trámites en que son pedidas en concreto para este fin las naves tercera y cuarta de las Atarazanas, comenzando por el Postigo del Carbón (puertecilla de las murallas situada en lo que es hoy embocadura de la calle Santander en su esquina con Temprado).

Dos meses más tardes de haber firmado el Rey la Provisión –prosigue Ana Marín- es presentada en nombre de la ciudad y de los administradores del Almojarifazgo Mayor y de Indias por Juan Ramírez a las autoridades del Alcazar la iniciativa para llevarla a efecto. Se decide sacar los contratos de arrendamiento de dichas naves y dan comienzo los trámites para llevar a cabo el deseo real. Pronto se darán cuenta que el espacio es insuficiente y piden una nave más, contigua a las solicitadas. Tan solo un mes más tarde, el escribano da asiento a la adjudicación de las naves 13, 14 y 15 (comenzando por el lado contrario, es decir, las que se habían pedido) dando cuenta de quienes las ocupaban: la nave 13 tenía 9 arcos y el que había de la muralla en la entrada. Estaba arrendada a Enrique Apart hasta Abril de 1585 que ya se había comprometido con el mercader flamenco de maderas Esteban Yanse por el período de 1585 a 1610. La renta anual era de 65.000 maravedíes y entraban en ella también los arcos 6 al 8 de la nave 14. Esta nace tenía ocupado el hueco de la muralla en la entrada con el primer arco por una casa morada, arrendada por Juan de León desde Enero de 1582 a 1597. Sus arcos segundo a cuarto estaban hechos bodegas con las puertas a lo descubierto de la nave 15. Estaban arrendadas a la viuda Ana Coronel desde 1583 a 1613 por 8000 maravedíes anuales.
El quinto arco (nos detenemos en estos detalles porque describen el interior de las Atarazanas y su funcionalidad comercial, más allá de la idea de un solar cubierto lleno de arcos semienterrados que de ella percibimos hoy) era mitad bodega, mitad pasaje. Estaba arrendado a Jaqes Nicolao de 1578 a 1586 en 12000 maravedíes anuales. Del 6º al 9º eran bodegas, arrendados al mencionado Apart por 36 años de 1550 a 1586 por 1500 maravedíes de renta. Este arrendamiento entraba en el de Esteban Yanse. Por último la mitad del ancho de la entrada de la nave 15 había una casa que tenía la puerta hacia el Arenal, arrendada por Iñigo de Aponte de 1583 a 1613 por 30000 maravedíes de renta. En esta misma nave estaba la “bodega que dizen de la puerta hierro” y que daba a la placeta del Postigo del Carbón. La tenía arrendada Gonzalo Núñez por 25 años hasta 1600, pagando 15.000 maravedíes. Finalmente, este mismo tenía arrendadas unas casas que daban a nuestra calle Aduana en cuestión (entonces llamada del Cuerno) de manera vitalicia por él y por un heredero por 6000 maravedíes anuales. Todas estas fueron las posesiones que hubieron de ser desalojadas para levantar el nuevo edificio de la Aduana sobre dichas naves. De un documento de 1590 sabemos que todos ellos fueron indemnizados y compensados, cuyos detalles ahorramos aquí pero constan en el mencionado libro sobre el Alcázar.

(continuará)

No hay comentarios: