Todos tenemos nuestro pequeño rincón de cachibaches, chismitos y recuerdos que conforman nuestro particular e impagable Museo Marítimo. El mío está muy peladito, a falta de maquetas siempre a medio terminar, figura de plomo inacabadas, instrumentos pendientes, etc., etc. Pero uno mira hacia ese pequeño rincón, armario, vitrina... y se abre el mundo de sueños y oleajes que nos inunda permanentemente.
lunes, 3 de noviembre de 2008
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